De viaje, afuera, en casa …
Ya pasaron tres semanas desde nuestro retorno del viaje. Ante todo se retomaron los contactos con la familia y los amigos también se reiniciaron las tareas cotidianas mientras se empezaban a decantar las vivencias y a incorporar las experiencias.
Como decíamos hace 6 meses cuando iniciamos este Blog :
«Para que comer de viaje sea una oportunidad de abrir el paladar e incorporar nuevos sabores. Despertar la curiosidad y seguir aprendiendo a comer y cocinar.
Como este salmorejo que comimos en Almendro 13 y que ya preparamos en casa
También una buena excusa para traer ingredientes, utensilios y souvenirs que en el regreso nos hagan evocar lo vivido.»
Cada objeto y cada ingrediente ya están en uso y renuevan el placer de la compra.
La Lekue la estrenamos el 14 de julio para agilizar la elaboración de la soupe l’oignon.
Por falta de cazuelas individuales lo suficientemente térmicas la gratinamos comunitaria y la servimos en platos hondos.
Mientras esperábamos el gratinado servimos una picada francesa que nos trajo a la realidad sin escalas. Pagamos un trozo de 200 grs de brie el triple que en Barcelona!!! lo demás estaba en la alacena y todavía no averiguamos el valor de reposición. ( ? )
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Y confirmamos lo que decíamos :
«Para que comer en casa surja de una forma de cocinar fácil , rápida y divertida. De optimizar y combinar ingredientes con todos los recursos exprés de los que podamos disponer. Economizar y armar un menú con lo que hay. Planear o improvisar una comida con invitados. Y por sobre todo vivenciar la magia de una cocina creativa y evolutiva donde el amor y el humor sean los ingredientes infaltables.»
No pasaron 24 hs para salir corriendo a Lo De Jesús y comernos un bife de chorizo bien jugoso acompañado de una buena copa de malbec como para traer el alma al cuerpo. No hacemos comentarios sobre la adición porque un bife como este «en Europa no se consigue» jajaja
Y así reafirmamos lo de :
«Para que a la hora de comer afuera, sepamos elegir tanto el lugar como el menú. Disfrutar del placer de la comida en pareja. Apreciar la mesa compartida con amigos. Valorar el gusto de ser reconocido como habitué y bien atendido para volver cuando decidamos innovar.