A la Romana
En Roma se come bien en todas partes . Hay lugares especiales y muy famosos que con ir una vez para conocer alcanza al igual que todos sus monumentos históricos. En sucesivas visitas lo que ya dan ganas es de vagar y ser uno más entre los romanos.
Después de un largo día encontrar un lugar donde reponer energías si es al lado del hotel mejor como La Fontana donde por no más de 15 euros se pueden comer por ejemplo, un trío de bruschettas incluída la de tartufo, una porción de fettuccine Alfredo que nada tienen que envidiarle a los originales , un tartufo, dos copas de vino, agua mineral y un cálido buona notte!
También huyendo de los precios y del gentío de la Piazza Navona para comer más tranquilos descubrimos el Largo dei Chiavari de hecho una callecita llena de ristorantinos a cual más simpático y más lleno .
Optamos por L´Insalata Ricca una propuesta muy honesta y muy barata.
Riquísimas bruschettas, nuestro pan de cada día, una pasta al pomodoro , vino, agua y para el postre SI a buscar una la emblemática gelateria de la piazza.
Imprescindible tomarse un café sentados sin tiempo sobre la Via Veneto en honor a la Dolce Vita.
Foto histórica en el mítico Café de Paris , decían las malas lenguas que era un reducto de la mafia…
y de hecho ya cerrado desde 2016.
O en el cosmopolita Harry’s Bar para ver y ser visto afortunadamente vigente.
Importantísimo tirar los tres monedas de espaldas a la Fontana di Trevi para que se cumplan los deseos y para asegurarnos la vuelta como reza la tradición romana.
Y finalmente Roma nos despide con una hermosa puesta de sol y una gotas de lluvia antes de embarcar…
Arrivederci , adiós, goodbye , au revoir…